jueves, 7 de octubre de 2010
Versatilidad de la infancia a través de un sueño
Sigo teniendo trenzadas aquellas manzanas
de aquel árbol ya inexistente, de aquella huerta
de la que sólo queda el perfil óseo de su esqueleto.
Pasé hoy por ella y vi que nada queda. Pasé
de aquella vieja realidad otoñal al proceder de un sueño:
era quien fui, éramos, fruta era aliento por un árbol,
subíamos, sabíamos del estimulante morder ácido
de una manzana, pero paso ahora a mi hoy,
a mi modo de hacer calma con el pasado,
acomodándome, fingiendo que lo que como
es la parte más versátil de la infancia.
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4 comentarios:
Gabriel Marcel es quizá el más desconocido de los metafísicos. En un libro llamado "Aproximación al problema del Ser" (libro inencontrable), hace unas reflexiones similares la las que has puesto tu hoy y, que de una u otra forma, nos hacen pensar...salut
si puedes, te me bajas del e-mule una película (creo que te hará pensar) que se titula "un mundo menos peor"....la protagoniza un gran desconocido , ulises dumont...pero es de aquellas de verla solo, sin que nadie te empreñe ni te toque los timbales...es una pelicula de ...seres humanos...
Muerdo una manzana y recuerdo a Proust. Veo las manzanas de mi infancia extendidas sobre los helechos, crujientes, como ellas.
Besos
Lo que dices llega tan adentro, que solo me salen los versos de Machado.
Todo pasa y todo queda
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar...
Atrás dejamos la infancia, aunque nunca su recuerdo.
Besos de cuantos infantiles (la manzana fue parte importante)
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