martes, 15 de diciembre de 2009
Viaje silenciado 2: me dije ésto de viva voz
"Hago del silencio una cadencia sin rigor. Puedo sentirlo y apremiarme a hablar, a sonreír, a excitar la palabra. Quizás, por no sacudirme, me revelo en el silencio como un intento de fuga.
Así, alargado sobre la vía, me quedo. Así, silencioso. Sabía que me despedía de la ejecución de un sueño. El desconcierto de la ida, el posible retorno, la nada, la eternidad, el todo, la obsesión, el silencio, la cadencia.
La niebla, su fascinación para silenciar. Y yo en claro desmonte dispuesto a repoblarme. Un irse, mientras yo, anclado a la tierra, comienzo a desvelar las palabras que, de momento, acumulo en un saco."
El mar presume de hondura
y el tiempo de su saber
el mar presume de hondura
el viento, de su poder
la tierra de su estatura
y el hombre, no sé de qué
Prepárate para morir
me dice la voz del tiempo
y es el martirio más lento
que se puede recibir
¿por qué no existe el remedio?
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12 comentarios:
En un claro desmonte dispuesto a repoblarme...
Esto es un canto al futuro, un camino que comienza dispuesto, vacío de equipaje, como los hijos de la mar, que diría nuestro don Antonio...
Abrazos.
Hay viajes que no saben si son de ida o de vuelta. Este parece ser un camino hacia uno mismo... De esos de final incierto y sin promesa de atisbar dos veces el mismo paisaje. Hacia adelante, siempre hacia adelante. No hay más camino que el que está por andar. Abrazos que corten la niebla
Triste y bello. E inasible. Una mutación, un nuevo significado saldrá de escuchar ese silencio?
Espero ver las palabras que saldrán de ese saco, segura de que brillarán bajo una nueva luz.
Saludos,
Sole
Suprimí el 2do comment porque me salió por partida doble! ;)
Amando: Antonio Machado, grande y ancho: este 'Otro viaje' que nos propone, concentrado lleno de melancolía.Recordémosle:
Ya en los campos de Jaén
amanece. Corre el tren
por los brillantes rieles,
devorando matorrales,
alcaceles,
terraplenes, pedregales,
olivares, caseríos,
praderas y cardizales,
montes y valles sombríos.
Tras la turbia ventanilla,
pasa la devanadera
del campo de primavera.
La luz en el techo brilla
de mi vagón de tercera.
Entre nubarrones blancos,
oro y grana,
la niebla de la mañana
huyendo por los barrancos.
¡Este insomne sueño mío!
¡Este frío
de un amanecer en vela!...
Resonante,
jadeante,
marcha el tren. El campo vuela.
Enfrente de mí, un señor
sobre su manta dormido;
un fraile y un cazador
—el perro a sus pies tendido—.
Yo contemplo mi equipaje,
mi viejo saco de cuero;
y recuerdo otro viaje
hacia las tierras del Duero.
Otro viaje de ayer
por la tierra castellana,
¡pinos del amanecer
entre Almazán y Quintana!
¡Y alegría
de un viajar en compañía!
¡Y la unión
que ha roto la muerte un día!
¡Mano fría
que aprietas mi corazón!
Tren: camina, silba, humea,
acarrea
tu ejército de vagones,
ajetrea
maletas y corazones.
Soledad,
sequedad.
Tan pobre me estoy quedando,
que ya ni siquiera estoy
conmigo, ni sé si voy
conmigo a solas viajando.
Pd. Qué belleza el pequeño hogar que Antonio tuvo en nuestra Segovia, ¿eh?
Alicia, gracias por esos abrazos que tendríamos que medir en aspas cortantes para despejar la niebla.
Soy de retorno tardío, normalmente en el campo nunca vuelvo por el mismo sitio salvo que o quede más remedio. De lo que no te quepa duda es que se trata de un viaje a uno mismo.
Ida y vuelta. En el flamenco hay palos que se llamn así, se ida y vuelta. La guajira es uno de ellos:
Los palos flamencos
Guajira
por Susana Navalón
(De guajiro, campesino blanco de Cuba, y canción popular usual entre ellos). Es por tanto un cante de ida y vuelta procedente del folclore cubano. Es muy alegre y rítmico. Sus letras se refieren sobre todo a La Habana y a sus habitantes y toma el ritmo del punto cubano, un estilo musical traído desde Cuba a Canarias donde se mezcló con elementos autóctonos. Gran parte de su riqueza melódica se le debe a Pepe Marchena. En la década de los treinta y los cuarenta estuvo muy de moda y acompañaba al baile del mismo nombre que hoy prácticamente está desaparecido.
Y ahora te propongo la escucha de una guajira de Oscar Herrero titulada 'Tierra mojada', título que, creo, estamos los dos de acuerdo en su necesidad:
La tierra mojada aquí
Sole:
No lo dudes: rajaré el saco.
Escucha unas palabras adelantadas del saco roto
Saludada, Sole, saludada, por partida doble.
Me encantó Tempero, gracias! Y llena de palabras la canción...
(saludo también doble desde este atardecer silencioso y porteño, conmigo embolsada en él).
Queda claro que no hay viajes más hondos que los silenciados.
ABrazos.
Sole:
Ya vi que era una canción para rodearse de su palabra.
Si algo positivo tienen estos espacios trasatlánticos es el pálpito del lenguaje, de los sentimientos y de la creación. 'Embolsada', aquí uno no se sentiría embolsado con los días fríos que estamos pasando, es más, a lo mínimo que aspira la gente es a embolsarse plata o pasta.
Pues ahora te mando un ventarrón para que te embolses en él:
(Decirte que quien lo canta es español y andaluz, el mismo que puse en esta entrada):
Ventarrón
Por tu fama, por tu estampa,
sos el malevo mentado del hampa;
sos el más taura entre todos los tauras,
sos el mismo Ventarrón.
¿Quién te iguala por tu rango
en las canyengues quebradas del tango,
en la conquista de los corazones,
si se da la ocasión?
Entre el malevaje,
Ventarrón a vos te llaman...
Ventarrón, por tu coraje,
por tus hazañas todos te aclaman...
A pesar de todo,
Ventarrón dejó Pompeya
y se fue tras de la estrella
que su destino le señaló.
Muchos años han pasado
y sus guapezas y sus berretines
los fue dejando por los cafetines
como un castigo de Dios.
Solo y triste, casi enfermo,
con sus derrotas mordiéndole el alma,
volvió el malevo buscando su fama
que otro ya conquistó.
Ya no sos el mismo,
Ventarrón, de aquellos tiempos.
Sos cartón para el amigo
y para el maula un pobre cristo.
Y al sentir un tango
compadrón y retobado,
recordás aquel pasado,
las glorias guapas de Ventarrón.
Ybris: No sé si serán los más hondos los más silenciados pero si los más habladores, otra cosa es que es escuche uno.
Pero riámonos de nosotros mismos, ¿no?
Abrazos, amigo.
... vislumbrarse.
Los silencios son de lo más habladores, escuchar... nos escuchamos, que hagamos caso de nosostros mismos es otra "historia".
Suelo trasladar mis impresiones a la generalidad, incurriendo de seguro en error, espero que sea sólo de bulto.
Besos para ti y para Ybris: PAQUITA
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